Preferimos vivir soñando y con la posibilidad de cambiar nuestra realidad, a que simplemente aceptarla tal como es.

La joroba esta en que la naturalidad y la realidad se vuelven no se sabe porqué enemigas.
Hay una hora en que lo natural suena espantosamente a falso, en que la realidad de los 20 años se codea con la realidad de los 40, y en cada codo hay una gillete cortándonos el saco.

De las parejas..

Necesitamos de un poco de magia que solamente nos llegará si somos capaces de sorprendernos al encontrarnos hoy en un lugar diferente del que nos solíamos cruzar hasta ayer, una sorpresa sin miedos, sin parálisis, una sorpresa que despierte la frescura de la curiosidad, que eleje la inseguridad de lo desconocido.

El momento de dejar las ilusiones es decisivo para la vida de una persona, cuando decimos: vamos a disfrutar lo que se da, dejemos de llorar por lo imposible.

La inteligencia de una pareja pasa por disfrutar lo que se da, y no pelear para que se de lo que no puede darse.

Cuando querés aferrarte a las agujas del reloj. Cuando querés clavar, hundir tus pies en el suelo, deseando que todo se estanque ahí. Cuando te tapás hasta la cabeza y dentro de tu refugio anhelás que nunca más vuelva a amanecer, que no comience otro día.

Existimos para nosotros mismos, quizá, y a veces incluso vislumbramos quiénes somos, pero al final nunca podemos estar seguros, y mientras nuestras vidas continúan; nos volvemos cada vez más opacos; más y más conscientes de nuestra propia incoherencia. Nadie puede cruzar la frontera que lo separa del otro por la sencilla razón de que nadie puede tener acceso a si mismo.

El Sonido De Una Cualquiera Llorando

Se abre una puerta, se cierra. Dos pasos cortos, dos pasos livianos. Respiración entrecortada, latidos de corazón bastante agitados. tres pasos más. Ahora la respiración es más fuerte. Se escuchan dos golpes al unisonó. Un leve gemido, proveniente del centro del espacio, y del mismo lugar se escucha un susurro.
Se oye un cerrar de ojos, porque es fuerte. Ahora algo se derrama. El sonido es ínfimo. Lo que hasta hace un segundo se derramaba, ahora no se oye. Por un momento, desaparece la respiración, desaparecen los latidos, desaparecen los susurros y gemidos leves. Es el momento en el que el corazón se contrae y decide si quiere seguir funcionando o no. parece ser un purgatorio de sonidos. Cuando, de repente, se escuchan palpitaciones, la respiración. Ahora mas calmas, y en ese mismo instante, se escucha muy levemente un 'plaf'. Se escuchan cinco pasos, se abre una puerta, se cierra.

Fragmento De Distracción

(...)cajones casi vacíos, y lo casi, revuelto. esa casa tenía seis manos, seis ojos y muchos lunares. ahora falta un poco de todo eso, pero no un poco de cucharita de té, un poco bastante grande y lastimoso. se dice un poco mucho, viste.y el sonido casi mudo de una puerta cerrándose cautelosamente, dejando afuera parte de esa casa.(...)