sábado, 28 de junio de 2008


Cuando querés aferrarte a las agujas del reloj. Cuando querés clavar, hundir tus pies en el suelo, deseando que todo se estanque ahí. Cuando te tapás hasta la cabeza y dentro de tu refugio anhelás que nunca más vuelva a amanecer, que no comience otro día.

1 comentario:

unicadebilidad dijo...

que linda descripción de esos momentos...
ojala fuera un poco más fácil detener ese reloj

saludos
RoSaNiTa!*